domingo, 29 de marzo de 2015

Microcuento de Miedo



Y de repente, sin decir agua va, apareció el miedo. Ese miedo que paraliza, que inactiva, que detiene. Fue entonces que quise vencerlo, que busqué, dentro de mi, una motivación poderosa que me ayudara a enfrentarlo y ganarle la batalla; pero mientras más sentía su presencia, más hacía cosas que me hundían en él. Fue así que busqué entre los trebejos mi máscara de niña valiente (esa que usaba cuando pensaba que me iban a echar al pozo que había a un lado de mi cama) y con ella bien puesta decidí agarrar la mano del canijo miedo... y aquí vengo, caminando junto a él.